Oh, blanca Navidad… ¡Lo blanco del jamón ibérico también se come! lo blanco del jamon se come

Oh, blanca Navidad… ¡Lo blanco del jamón ibérico también se come!

¿Se come ‘lo blanco’ del jamón ibérico?

Ésta es una de las preguntas del millón sobre el pata negra… ¡con lo fácil que es la respuesta!

Pues claro que se come la grasa de las lonchas, y si no lo haces, que sepas que estás cometiendo un ‘delito’. Gastronómico, eso sí 😉

Te explicamos el porqué.

Queda prohibido retirar lo blanco del jamón

El jamón ibérico es uno de los bienes más preciados dentro y fuera de nuestras fronteras. Es uno de esos productos gourmet de nuestra gastronomía que cuenta con unas propiedades únicas que no sólo lo hacen delicioso, sino que también lo convierten en un alimento beneficioso para nuestra salud.

Sin embargo, muchas veces nos encontramos con personas que, al degustar una loncha de jamón, retiran eso a lo que se refieren como ‘lo blanco del jamón’ y lo dejan apartado en el plato sin ser conscientes de que con este gesto están alterando la textura, el aroma y el sabor de este manjar de dioses. Además de dejar ‘escapar’ gran parte de su riqueza nutricional.

En Cerdoh! no concebimos un buen jamón ibérico de bellota sin sus vetas, sin esa grasa ‘responsable’ de su particular jugosidad y excelente sabor.

Esto pasa porque existe una idea generalizada (por suerte, cada vez más apaciguada) de que la grasa o tocino del ibérico de bellota engorda o, por lo menos, que de saludable tiene poco.

Pero ojo, que el jamón de bellota 100% ibérico no es cualquier jamón y, por lo tanto, su grasa no es cualquier grasa.

Grasa igual a calidad

De hecho, esta grasa es un signo de distinción y de calidad. Una seña de identidad de los mejores ibéricos de bellota. ¡Es uno de los bocados más exquisito de toda la pieza!

La masa amarillenta entreverada en el músculo del cerdo ibérico es síntoma de que éste ha hecho ejercicio al aire libre.

Características propias y exclusivas del jamón ibérico como son su olor y gusto nos ‘chivan’ que el cerdo ha sido criado al aire libre y alimentado a base de bellotas en la dehesa durante el tiempo de montanera.

Esta ingesta de bellotas y otros frutos aromáticos es lo que proporciona al animal una mayor proporción de ácidos grasos monoinsaturados y proteínas de unas cualidades de primera categoría.

Si a ello sumamos el ejercicio diario del cerdo ibérico campo arriba y campo abajo, su valores nutricionales son excepcionales.

Por ejemplo, el tocino del jamón tiene entre un 55 y un 60% de ácido oleico y, consumido en cantidades adecuadas (todo hay que tomarlo en su justa medida), contribuye a reducir el denominado ‘colesterol malo’ (LDL) en sangre y potenciar los niveles del ‘colesterol bueno’ (HDL), siendo beneficioso para nuestro sistema cardiovascular.

Hay incluso estudios científicos que apoyan y demuestran esto que estamos comentando: el ácido oleico del pata negra y de otros alimentos como el aceite de oliva es cardiosaludable.

El nivel de colesterol que tiene la carne de cerdo es más bajo que el de la carne de vaca y de cordero.

Propiedades de la grasa del jamón

Continuando con las bondades del jamón ibérico en general y de su grasa en particular, no podemos olvidarnos de su alto contenido en proteínas, de su gran aporte en vitaminas B1, B6, B12, y E, y de minerales como el calcio, el fósforo y el magnesio.

Gracias a su alto contenido en hierro, el jamón ibérico se recomienda en la dieta de personas con casos de anemia.

¿Y qué hay del aporte calórico de ‘lo blanco’ del jamón que tanto preocupa? Este aporte (contando la grasa comestible) es equivalente al del pan, o sea, unas 250 kilocalorías por cada 100 gramos.

La lectura que tenemos que hacer de esto es que el jamón ibérico se puede ¡y se debe! incluir en la dieta diario para llevar una alimentación sana, equilibrada y en la que no falte de .

Y si eres deportista y te sometes a entrenamientos físicos duros, también.

Y si estás con un plan de adelgazamiento personalizado y guiado por un profesional, también.

Y si eres celíaco, también. Saborea el jamón ibérico sin miedo porque ni éste ni el resto de embutidos curados poseen gluten, y durante su procesamiento y envío nunca entran en contacto con ningún tipo de alimento que lo contenga, así que no hay nada que temer.

¡Todos a disfrutar del auténtico jamón ibérico de bellota! 😉 Más ahora que estamos a las puertas de las fiestas navideñas y ya sabes que ¡no hay Navidad sin una deliciosa tabla de ibéricos sobre la mesa!

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