Antes de ponernos, como locos, a imaginar propósitos como cuentos de la lechera, es mejor que nos agarremos a dos claves para hacerlo bien. Como el mejor jamón ibérico de bellota.
Tranquilidad ante todo. Ya sabemos que cuando escucháis la expresión “propósitos para el año nuevo”, a muchos os corre un escalofrío por el cuerpo. Echando la vista atrás, comprobáis que los que planteasteis el año pasado no se han cumplido (¡Ni uno solo! ¡Qué triste!). Y los del anterior, preferís ni recordarlos por si acaso os da un nuevo bajón.
Hay dos claves para que estas buenas intenciones no sean una mera utopía irrealizable. Por un lado, que sean realistas. Olvidaros de pedir un Ferrari o un chalé en la playa. Eso, ni en la carta de los Reyes Magos. Y por otro, hay que asumir que hacer un pleno de propósitos es también una quimera. Si al final del año hemos cumplido el cincuenta por ciento, ya nos podemos dar con un canto en los dientes.
Nosotros no vamos a prometeros milagros.
Por eso vamos a hacer una lista de propósitos de verdad. De las que se pueden cumplir simplemente poniendo un mínimo de fuerza de voluntad. Y no solo eso. Estas buenas intenciones van a ser al estilo Cerdoh!, es decir, que además de alcanzar tus objetivos, puedas hacerlo disfrutando.
Sufrimiento cero. Vamos a por ello.
Propósito nº 1: Saborea los buenos momentos
La vida ya tiene suficientes sinsabores como para que encima no sepamos sacarle partido a los buenos momentos. Esas reuniones con amigos en una bodeguita bien preparada. Esa tarde de película, manta y sofá con tu pareja mientras fuera está cayendo la mundial. Esas comidas familiares para regalar sonrisas, hablar de los viejos tiempos y querer y sentirte querido.
Como veis, no hacen falta grandes fastos ni preparaciones tediosas. Solo hay que crear un grupo de WhatsApp, poner fecha y hora y, eso sí, dotar a la reunión de las mejores viandas. Y qué mejor para un encuentro de este tipo que unas buenas lonchas de jamón ibérico de bellota acompañadas de una botella de vino. Pequeños lujos al alcance de cualquiera que hacen la vida mucho más amable.
Propósito nº 2: Comparte felicidad con tus seres queridos
Compartir es vivir. Compartir nos hace mejores y, sobre todo, provoca una sensación de felicidad interior muy placentera. Por eso, un buen propósito para el 2020 es intentar ser más generosos. Especialmente con aquellos que nos rodean y que siempre están ahí. Los que nos dan un abrazo en los momentos más chungos. Los que siempre van a descolgar el teléfono si estamos en apuros. Tus seres queridos. Esos a los que nunca se puede fallar.
Cierto es que las cosas materiales no dan la felicidad, pero sí que ayudan a conseguirla. Ponte en modo Cerdoh! y sorprende con una pieza de jamón ibérico de bellota, una caña de lomo o con cualquiera de nuestros kits ibéricos de loncheados. A eso se le llama compartir felicidad porque a nadie le amarga un… ¡ibérico!
Propósito nº 3: Cuida ese cuerpazo ibérico
Una lista de propósitos para el año nuevo no sería igual si no se incluye el recurrente objetivo de ir al gimnasio. Y no sólo eso: “Me tengo que poner a dieta”, “tengo que comer más sano”, “no voy a cometer excesos” o el taimado “tengo que caminar más”…
Buenas palabras que, en muchas ocasiones, se quedan en eso, palabras. Pero ya es hora de pasar a los hechos: con la salud no se juega, así que intenta aplicar los conceptos clave para llevar una vida saludable. Ejercicio diario, comer de todo sin abusar de nada y huir de esos productos ultraprocesados y repletos de aditivos que son una auténtica bomba calórica.
De quien no tienes que huir, como ya imaginarás, es del jamón ibérico de bellota. Su grasa tiene más de un 55% de ácido oleico, ayuda a subir el colesterol bueno, el fetén. Y, por si fuera poco, es rico en vitaminas y minerales y bajo en calorías. Aunque queramos vender jamones, no os vamos decir que os propongáis comeros uno de una sola tacada, pero sí incluirlo en una dieta saludable con la debida moderación.
Propósito nº4: Controla tus finanzas y ten cuidado con lo que compras
Después de Navidad da auténtico pavor adentrarse en ese oscuro mundo de la economía doméstica. Regalos, viajes, comidas, cenas… Por algo este tortuoso periodo se denomina “la cuesta de enero”. Toca comenzar a mirar con lupa qué gastamos y en qué nos lo gastamos.
Pero también hay que cerciorarse mucho más qué compramos y consultar la letra pequeña. Tener claro que a veces nos dicen que estamos comprando un jamón ibérico y resulta que de ibérico solo tiene el 50%. En Cerdoh! no andamos con mandangas. Si quieres comprar un jamón ibérico de bellota de verdad, aquí sabes que lo encuentras. Para que el dinero que te gastes sea en lo que realmente te dicen que estás comprando.
Propósito nº5: Sonreír más y ser menos cascarrabias
No nos podemos pasar media vida quejándonos y lamentándonos. Es cierto que debemos aprender de los errores pasados, pero no martirizarnos ni ahondar una y otra vez en algo que no tiene solución. Eso provoca estrés y nos resta años de vida. Siempre que se pueda hay que lucir una sonrisa en la boca. Reduce las arrugas y nos va a hacer sentirnos mucho mejor. De hecho, hay una cosa que nos puede ayudar a cumplir este objetivo. No conocemos a nadie que con una loncha de jamón ibérico de bellota en la boca esté triste o quejándose. Más bien todo lo contrario.
Ahí queda eso.