Seguro que alguna vez has escuchado ese refrán tan español que dice: “del cerdo, hasta los andares”. Pero ojo, porque cuando hablamos de cerdos es importante establecer diferencias, ya que ninguno puede equipararse al cerdo ibérico. Y eso implica, claro está, que el jamón ibérico de bellota tampoco tenga comparación.
El ibérico, como seguro que habrás deducido, solo se encuentra en la península ibérica. Además de ser de color oscuro y tener las pezuñas negras (de ahí el término “pata negra” con el que popularmente se le conoce), el ejemplar ibérico presenta una particularidad que hace que su sabor sea inigualable. Y es que solo los cerdos ibéricos de bellota son capaces de infiltrar así la grasa en los músculos, lo que les aporta esa intensidad tan característica.
Dicho esto, pese a que el jamón ibérico de bellota es único en el mundo, muchas personas tienen dudas sobre si es bueno o malo para la salud, si engorda mucho o cómo apartar su grasa. Y como en Cerdoh! somos firmes defensores del cerdo ibérico y de los ibéricos en general queremos resolverlas todas. ¡Toma nota!
Índice:
¿Qué diferencia al jamón ibérico de bellota de otros jamones?
Siempre nos han dicho que la alimentación y el ejercicio físico son la clave para estar saludables. Sin embargo, pocas veces nos planteamos estos mismos principios con respecto a los animales: ¿qué cerdo estará más saludable, uno que se mueve libremente por la dehesa y se alimenta de bellotas y hierba, o uno que apenas se ejercita y que come piensos? La respuesta es clara.
Precisamente, su modo de vida natural facilita que los cerdos ibéricos puedan infiltrar de esa forma tan única la grasa en la musculatura. ¡Ten en cuenta que recorren unos 14 kilómetros diarios en busca de alimento natural! Y ese ejercicio y esa alimentación, lógicamente, repercuten en un mejor desarrollo de los músculos, una reducción de la grasa y un mejor estado de salud del animal. Y, por supuesto, se aprecian en un sabor único, incomparable.
Tipos de grasa del jamón ibérico de bellota
Somos defensores a capa y espada de la grasa del cerdo ibérico, y por eso recomendamos que no se quite “lo blanco” cuando se paladea una buena pata de jamón ibérico.
No obstante, sí queremos explicarte cuáles son los distintos tipos de grasa que se encuentran en el jamón ibérico de bellota, para que entiendas qué partes sí se deben apartar y cuáles harías bien en comer:
Por un lado, distinguimos la grasa exterior o de cobertura que recubre la pata. Esta grasa, de una tonalidad amarillenta, sí debe quitarse. Un buen truco para medir la calidad de nuestro jamón es, precisamente, ver cuánta grasa debemos retirar, ya que cuanto mejor sea nuestra pata menos grasa tendrá en el exterior.
La grasa comestible del jamón ibérico de bellota tiene un color rosado o blanco y se diferencia entre grasa intermuscular, que es la que separa un grupo muscular de otro, y la grasa intramuscular, que es la que apreciamos en ese veteado tan característico del jamón ibérico de bellota debido a su particular forma de infiltración. Esta última, además, es la responsable de dar jugosidad, textura e intensidad a un buen pata negra.
¿Cuánto jamón ibérico puedo comer?
No es que nos guste ser ambiguos, pero por toda respuesta podemos ofrecerte un “depende”… y es que no podemos basarnos en el producto para contestarte, sino en tus propias características y necesidades. Por ejemplo, ¿tienes alguna intolerancia alimenticia? El jamón ibérico de bellota es apto para celíacos o intolerantes a la lactosa.
También nos preguntan a menudo si las embarazadas pueden comer jamón ibérico, ya que en general no se debe comer carne cruda o poco hecha por el riesgo de contraer toxoplasmosis. Sin embargo, si el jamón ibérico respeta las medidas y tiempo de curación que marca la normativa, como es el caso de Cerdoh!, sí pueden comerlo las embarazadas. Así que, ya sabes, ¡no te quedes con el antojo!
Además, muchas personas tienen dudas sobre el consumo de jamón ibérico de bellota debido a su aporte calórico. Pero no debes preocuparte: para un adulto es normal comerlo entre 2 y 3 veces por semana, ya que es nutritivo y proteico. Incluso si estás a dieta no tienes por qué suprimirlo, aunque debes apostar por raciones pequeñas, no superiores a los 30 gramos.
Y para los niños no hay ninguna contraindicación. Simplemente, vigila que mastican bien.
Beneficios para la salud
Aunque cuando hablamos de alimentos grasos a muchas personas se les encienden las alarmas, lo cierto es que el jamón ibérico no puede equipararse a determinados productos Y no solo por su excepcional sabor, sino también porque aporta mucho ácido oleico, lo que se traduce en menos grasas saturadas que otras carnes o jamones, la reducción del colesterol “malo” y la subida del “colesterol bueno”.
Por lo tanto, aunque es innegable que el jamón ibérico de bellota es un alimento graso, sí podemos decir que es bueno para la salud si se consume con moderación. Y además aporta muchas proteínas, lo que repercute en un mayor efecto saciante que hace que comas menos. ¡O eso dicen, porque en la práctica es verdaderamente difícil picar “solo un poco” de jamón!
¿Tienes alguna duda sobre la grasa del jamón ibérico que no hayamos recogido en este post? ¡Compártela con nosotros en los comentarios!